domingo, noviembre 28, 2004

¿Nos toca ganar, Señor?

Rambo me dijo la frase antes de empezar el partido contra los primeros, que habían ganado todos sus partidos por goleada. Parecía que iba a pasar lo mismo contra nosotros cuando nos colaron el primer gol en una falta nada más empezar el partido.
Pero ayer si que nos tocaba ganar, y nos tocaba hacerlo sin apuros, con un 4-2 final y una férrea defensa que sólo les dejó marcar a balón parado.
Cuando dimos la vuelta al marcador empezamos a ser conscientes de que, a lo mejor, no íbamos a perder por goleada. Nos concentramos en no dejar ni un espacio, en no cometer ni un error.
Ellos llegaron poco y Pedrito se encargó de desbaratar sus planes con estupendas salidas.
Alejandro cargó con la responsabilidad del penalty que nos dio el 3-2 y se inventó un zambombazo casi finalizando el partido, que entró por el palo corto como un obús. Como las engancha el colega.
Se ha notado la llegada al equipo de Jose. Solo hemos ganado los partidos en que el ha jugado. Más allá de que sea o no buen jugador, es la referencia que necesitábamos arriba. Esperamos que siga siendo el talismán del equipo.


El viernes teníamos concierto de Alvaro Vázquez, nuestro Alvi. Lamentablemente estaba demasiado cansado como para esperar una hora a que empezase un concierto que terminó cerca de las 2, así que a las 12 nos fuimos Jaime, Laura y yo.

viernes, noviembre 26, 2004

El mejor concierto de mi vida

Y eso que hasta unas horas antes no iba a ir...

Hasta ayer el mejor concierto de mi vida había sido el de Estopa en el Lope de Vega, en plan acústico, un conciertazo que ví desde un palquito pagado con los beneficios de la reventa.
Aquel día todo salió redondo.

Pero ayer fue distinto. Llevo años tarareando, escandalizando y extendiendo las canciones del Chivi a todo aquel que se subía en mi coche. Porque unas letras tan graciosas y curradas no podían pasar desapercibidas. Por las sonrisas de complicidad o las miradas de desprecio que arrancaba a mi paso. Y porque el Chivi era la banda sonora ideal para cualquier juerga que se precie.

Quedé con la Prima Vane en Plaza Castilla y llegamos al Equinocio de Majadahonda a las 20.15. El concierto era a las diez, pero ésta vez queríamos estar seguros de que no nos lo perdíamos. Localizamos el Barba Roja y una vez dentro nos dijeron que abrían a las nueve. Nos tomamos unas cocacolitas y una imitación a Patatas Hermanos Ganzo® y a las nueve en la puerta como clavos. Escuchamos como afinaba nuestro gran ídolo de borracheras y se me puso la carne de gallina al escuchar la base de Radical, su canción más conocida.
Cogimos sitio como desesperados en una cómoda mesita situada en un lateral, desde el que se veía el escenario perfectamente. A las diez de la noche la sala estaba llena pero el concierto no empezó hasta las once menos algo.
Despues de hacernos una fotito con él y comprobar que en persona es mucho más cortado que sobre el escenario, esperamos y esperamos...
Entonces apareció él, bajo su máscara de superhéroe del sado y con alguna rayita de más.
Desde entonces hasta el final no me pude quitar la sonrisa de la boca. Cambiaba la letra de algunos clásicos para incluir algún chiste, incluso hizo alguna que otra imitación. Cantó todos sus grandes éxitos y atendía a peticiones de la gente. Además adelantó algunos temas de su próximo disco, como Spanish Psycho, de un hombre que se convierte en asesino en serie despues de ver 200 veces seguidas la peli de "los Bingueros".
Cerca de las 0.30 y para finalizar el concierto, hizo su pequeño homenaje a las víctimas del 11M, con su canción Trenes para el cielo. Un momento emotivo que demuestra que hasta los cerdos tienen sentimientos.
Nunca me lo había pasado tan bien en un concierto.

lunes, noviembre 15, 2004

El curso

Empieza una nueva semana de noviembre.
Esta mañana
se ha colado un rayito de sol
por tu ventana,
que es la ventana de mi habitación.
Se ha asomado
y me ha pillado metiéndote mano.
Esta mañana...sí que hacía calor.
Despistaos - Caricias en tu espalda

Un curso de ABAP, el lenguaje de programación de SAP. Un curso que quizá cambie mi carrera profesional, que me aleje de Meta4, de las largas mañanas en la oficina, las interminables tardes en el messenger, de la fama justificada de no pegar ni palo.
Un curso en Alcobendas. Lento como el atasco que soporto día tras día para ir y para volver.

Entro de nuevo en la rutina semanal, curso hasta las siete. Ir a ver un ratito a Laura dónde quiera que esté, volver a casa, jugar un ratito y leer "Angeles y Demonios", que cada vez me engancha más. Mierda, si ya sabía yo que si no leía era por algo. Lo bueno que tienen las novelas de suspense es que te puedes comer el tarro todo el tiempo que quieras porque todo es más lento.
En una película sabes que en un par de horas todo estará esclarecido, como pasó con Tésis el sábado. Tenía ganas de ver la primera de Amenábar y me pareció bastante interesante. Sobre todo como juegan contigo para engañarte acerca de quien es el bueno y quien el malo. Las películas de Amenábar no se pueden destripar, por lo menos las anteriores a Mar Adentro. Incluso en ésta última llegué a pensar que a Ramón iba a echar a andar en cualquier momento, al más puro estilo Hollywood. Pero en España, gracias a Dios, las historias reales lo son.

El sábado perdimos nuestro primer partido: 2-1. Cuánto nos parecemos al atleti: defendemos bien, es bastante difícil meternos gol, casi tanto como que lo marquemos nosotros. Arriba no somos nadie, no tenemos delanteros. Esperemos que la mentalidad del equipo cambie, porque no nos merecemos el puesto que ocupamos.


domingo, noviembre 07, 2004

Extremadamente Insustituibles

Por mucho que intentemos buscarles sucesores, quejarnos de su nuevo recopilatorio, plantear que están acabados o pensar que ya no son lo que eran, cada vez que Extremoduro sale de gira acaba llenándolo todo y demostrando porque han sido, son y serán grandes hasta que el señor Robe se canse de tocar y se vaya a los Puertos Grises, como los elfos.

"Concreté
la fecha de mi muerte con Satán
le engañé
y ahora no hay quien me pare
ya los pies"

Tiene mérito llevar desde principios de los 90 triunfando con Jesucristo García y Deltoya en cada concierto, con el público entregado y la sensación de que no has estao de más, que no has perdido el tiempo, que lo has gastado en salir, beber, el rollo de siempre. Extremo nunca defrauda, y es de los pocos grupos que no se arrepienten de su pasado y tocan muchas canciones de sus primeros discos, no solo grandes éxitos, sino también grandes fracasos pero que de vez en cuando apetece oir, porque me recuerdan mi época de quiceañero en el instituto. ¡Cuántos recuerdos guardan las letras del Robe, cuánta poesía encerrada entre guitarras eléctricas!
"Y si fuera
mi vida una escalera
me la he pasado entera
buscando el siguiente escalón,
convencido
que estás en el tejado
esperando a ver si llego yo."


El concierto se adelantó a las 20.00, seguramente porque Extremo "hace ruido" y otros artistas dan un concierto, porque los que vamos a los conciertos de Extremo somos una panda de niñatos sin futuro, porreros y borrachos. Mejor alejarnos de Vistalegre cuánto antes.
La atmósfera estaba tan cargada de humos de todo tipo que se hacía irrespirable. Una vez estuvimos al corriente de que no se iba a levantar el techo porque Extremo "hace ruido" empezamos a fijarnos en la espesa niebla que convertía la plaza de toros en un submarino.
La gente tuvo que parar de fumar, ni siquiera los mecheros se encendían por falta de oxígeno.

Hubo un tiempo en el que Platero y Extremo, Fito y Robe compartieron mucho más que escenarios. Platero desapareció, pero el sr. Iniesta aprovechó para fichar a Uoho, uno de los mejores guitarristas del rock español. No hay más que oirle tocar en uno de los largos instrumentales con los que nos han deleitado ésta noche Iñaki y el Robe para darse cuenta.
Se ha convertido en el número dos de Extremoduro, el coprotagonista del concierto.

Y el Robe, pues es un genio, y como a todos los genios hay que perdonarle que apenas hable con el público como lo hacía antes, pero tambien hay que agradecerle que se ponga un poco menos y sea mucho más profesional de lo que lo era antes, cuando se presentaba en el escenario ciego y se le olvidaban las letras. El Robe es más responsable, se preocupa de algo más que de subir al escenario y meterse en el bolsillo al respetable.


Hemos vuelto a empatar a 2. No se nos ha quedado tanta cara de tontos como en el anterior partido pero el resultado es el mismo. Seguimos invictos, pero nos falta gol.
Hoy he metido un gol. Tengo que decir que todo el mérito ha sido del morros, que me ha dado el pase de la muerte llevándose hasta al portero y yo sólo he tenido que empujarla. Pero para eso tambien hay que estar ahí, como estaba Julio Salinas. Y la selección no ha vuelto a tener un delantero centro como él.

Es la 1:15. Debería irme a dormir y rezar porque mañana no me despierte a las 9:30 como hoy. Necesito descansar, aunque sea un día a la semana.
Mañana por la mañana cuando me levante actualizaré mi fotolog. Quería esperar hasta sacar mi nueva página, pero me parece que va para largo, así que subiré 3 o 4 fotos.

martes, noviembre 02, 2004

Pueblos con encanto

Y yo que creía que íbamos a acabar en Pinilla...
Este fin de semana ya no había cursos, ni partido. Y encima el lunes fiesta. Había que salir de Madrid. Resulta que un paciente de Rose, mi copilota, tiene unos apartamentos rurales en Robledillo, comarca de la Vera, provincia de Cáceres. Curiosamente habían cancelado unas reservas y pudimos ir.
Despues del atasco correspondiente en la A-5 (y a mí se me olvida coger la de peaje, con lo que me gustan a mí los atascos) y de unas horas de viaje llegamos al lugar en medio del campo. Decían que domingo y lunes iba a hacer bueno, pero esa semana había llovido bastante y el recepcionista nos dijo que seguramente hiciera malo. Personalmente creo más en la sabiduría popular que en el Instituo Nacional de Meteorologia. Me fío más de reumas y una mirada al cielo que de anticiclones y borrascas.
El sábado hicimos una ruta por los pueblos de la zona, con casas de madera y soportales, calles empinadas de piedra: Madrigal, Villanueva, Valverde y Losar antes de parar a comer en Jarandilla. Muy rico el solomillo del Puta Parió II (si, sólo fuimos allí por el nombre, pero cuando no conoces algo, la publicidad es fundamental)
Por la tarde subimos al Guijo, un pueblo montañoso y, como todos, de calles estrechas. El paisaje de la zona era bonito, con Gredos nevado al fondo y un tenue arcoiris formado por las débiles gotas de lluvia que molestaban más que mojar.
Quisimos ver el monasterio de Yuste, pero cuando llegamos ya era tarde. Al día siguiente entramos, pero había tanta gente esperando que decidimos pasar de monjes.
Lo que si vimos fue el curioso cementerio alemán, en el que están enterrados los alemanes que murieron en España durante la 1ª y 2ª Guerra Mundial. Un sitio curioso, sin duda.
Se hacía de noche y yo quería ver el fútbol. Además estábamos cansados de patear la comarca. Volvimos al apartamento del Sr. Guisado para ver empatar al atleti, cenar, leer un poquito el libro que me ha dejado Laura (Angeles y Demonios, de Dan Brown) y a dormir lo que nos dejaran las paredes de papel de los apartamentos. En cuanto se despertasen los de al lado se acabó.
El domingo por la mañana fuimos a montar a caballo. Llevaba unos 10 años sin subirme a un caballo, pero no se me dio mal. Rosa no había subido nunca y, con algunos problemas, supo hacerse con el suyo. El paseo fue tranquilo y el paisaje bonito. Habrá que volver a montar a caballo en Buitrago.
Cuando acabamos comenzó a llover y no paró hasta despues de comer (vaya chuletón de Buey).
Fuimos a Garganta la Olla, un pueblo encajado entre las montañas. Y de allí a Plasencia, ciudad monumental donde las haya. Vimos el partido del R.Madrid (no tuve otra opción, despues de haber obligado a Rosa a ver el del Atleti) y quedamos con los primos de Cáceres, Vane y Raúl.
Siguen tan bien como siempre. Que gente más maja.
Ayer lunes nos levantamos y nos volvimos a Madrid, pero como íbamos sobraos de tiempo paramos en el Xanadú a comer. Y como no había gente en la pista de esquí, pues a esquiar se ha dicho. Para ser la primera vez que Rosa se ponía unos esquís no lo hizo mal. Baja bien, sólo la falta frenar con los esquís en lugar de con el culo.
Ésta chica me ha sorprendido. Es verdad que hay que tener osadía para montarse conmigo en el coche, pero además ha esquiado y ha montado a caballo en el mismo fin de semana. Y no solo no se ha acojonado sino que promete repetir.