martes, febrero 22, 2005

Remontes...

El viernes por la noche me metí en la cama con dos amigos: el dolor de cabeza y el Nolotil. Afortunadamente se liaron entre ellos y me dejaron dormir. El miércoles por la tarde habíamos estado echando una pachanguita con el Perni, Javierl, Miguel, etc... de esas de fútbol sala que tanto les gusta para sentirse jóvenes y deportistas. Me pillé un resfriado de media docena de cojones y mi viaje al valle del Riaza peligraba.
Pero no lo podía permitir. Me levanté el sábado a las 8 y puse rumbo a Somosierra. Por el camino contemplaba como los paneles de la carretera anunciaban un lleno total en Cotos y Valdesquí.
Por fin llegué a la Pinilla, que cambia bastante de jueves a sábado. Aparqué el coche algo lejos de la estación y me fuí a alquilar los esquíes...
Dos horas despues por fin tenía las botas puestas y mis tablas al hombro.
Siguiente paso, a por el forfait y por fin parriba.
Y ahí me quedé, a 120km de Madrid, a 3 metros de la taquilla y a 150 metros de la nieve. Los remontes se pararon, el generador empezó a echar humo y descubrí entonces que, por lo menos el sábado, fijo que no esquiaba.
Desandé mi camino, devolviendo el material y regresando a casa, con el viento empujando mi Corsa como si quisiera devolverme a Plaza Castilla, de donde nunca debí salir.
No tuve suerte éste fin de semana con los remontes. Tambien el Villarreal remontó al Atleti un 0-2 para acabar ganándole 3-2.

lunes, febrero 14, 2005

San Corte Inglés

Como se lo han currado los del Corte Inglés éste año.
Estábamos acostumbrados a pasar por la Castellana y encontrarnos con un enorme cartelón publicitario, o esas entrañables luces de navidad agobiando desde noviembre.
Pero lo del sábado fue lo nunca visto en marketing, todo un hito en candente publicidad estática. De todos es sabido lo ardiente, apasionado y fogoso que puede llegar a ser el amor.
En los grandes almacenes querían innovar éste año y decidieron que cupido prendiese la llama del amor en el edificio más cercano.

El reclamo ígneo (FOTO de El Mundo)

Desde que tengo uso de razón y mis pies han podido llevarme hasta allí, la zona de Azca me ha parecido uno de los sitios más tranquilos y relajantes de Madrid, un lugar para la meditación, para sentarse a ver pasar la vida entre edificios de más de 30 plantas.

Siempre me sentaba y aparecían ante mis ojos, primero la torre Picasso, con la impetuosidad de una torre de marfil, y delante el edificio del BBVA, el del Corte Ingles y aquel otro en el que ponía Windsor. Allí he pasado más de una tarde y las volveré a pasar, pero las vistas ya no serán las mismas.

Más allá de éste San Valentín incendiario y humeante, la tradición de considerar el 14 de febrero el día de los enamorados es un homenaje al obispo de Roma en tiempos del emperador Claudio II , el cual prohibió los matrimonios consciente de que los soldados casados no querían separarse de sus familias. A pesar del Decreto, Valentín casaba en secreto a los enamorados, hasta que fue descubierto y ejecutado, el 14 de Febrero de 270.

Como mucha gente, considero que si hay una fecha que no se puede señalar en el calendario es el día de los enamorados. ¿Por qué el 14 de febrero debemos demostrar más amor que el resto de los días?
Pienso que cada uno de nosotros tenemos nuestra fecha especial, y la mía es el 6 de julio del año pasado, porque aquella tarde besé a Lau por primera vez. Han pasado 7 meses desde entonces y nuestra relación se ha consolidado, el amor ha ido creciendo día a día y hoy me duele cada minuto que no paso a su lado y siento que no podría vivir sin ella.
Desde mi diario en internet quiero felicitar a todos los que, como yo, tienen la suerte de estar enamorados, a los que celebran San Valentín y a los que no. Que el corazón, símbolo del amor, recorra hoy cada metro cuadrado de la Tierra. Y mañana, y pasado, y al otro...

Has podido leer el post de hoy, colorido como es mi vida desde que la conozco. Gracias a Lau, mi alegría, jovialidad y mi sana locura crecen día a día.

Para tí son las últimas palabras que escribo hoy mi amor,

Te quiero

viernes, febrero 11, 2005

¿Y de qué hablo yo hoy?

Tengo el weblog muy abandonado. Lo reconozco. Quizá no haya pasado nada relevante en mi vida, lo que considero una bendición, porque practicamente todo lo que me rodea va bien. Vamos, que si estuviera en un concurso de la tele "me plantaba" ahora mismo.
Con Laura las cosas podrían ir mejor... podrían ir mejor si estuviéramos viviendo juntos porque por todo lo demás es maravilloso. Celebramos cada día nuestro día de los enamorados, así que el 14 de febrero pasa por ser un día más. Además, las cosas han cambiado desde mi post de primeros de enero, Lau ya no se marchará 3 años, incluso puede que sólo sea un cuatrimestre y a Londres. Creo que es la mejor noticia que me han podido dar ultimamente, como encontrar un camino estando perdido en el bosque.
En el curro ya terminé el proyecto en el Campo de las Naciones, dos días antes de que a los de ETA se les ocurriese poner una bomba allí, muy cerquita de dónde estuvo trabajando Eddie.
Con el equipo de Pinilla las cosas no van mal. Perdimos un partido, lo que nos complica mucho alcanzar la primera plaza, pero seguiremos luchando por ganar en cada partido, sobre todo a los primeros, que nos llevan un punto con un partido menos.
El Atleti volvió a darme una alegría ganando al Barça. La verdad es que yo sabía que si ganábamos fuera de casa sólo podía ser en el Camp Nou. Además, parece que Torres va resucitando de su sequía de goles. Menos mal, porque hoy por hoy el Atleti depende de Torres.
Y, dos meses despues, volvió a llover. Sólo ha sido un oasis en éste desértico invierno, pero ha servido para llenar la sierra de nieve. En Navacerrada tienen 70cm de espesor mínimo y en La Pinilla 50cm. Me está apeteciendo irme a esquiar... quizá la semana que viene me pase el domingo por La Pinilla, a ver cuánta nieve queda.
Tambien estuve en Barco de Ávila, pero la prima Vane lo explica mejor que yo, así que quien quiera enterarse lo que pasó que lea su weblog, que además recomiendo desde aquí.
Al final resulta que siempre hay algo de que hablar, por muy monótono que parezca un mes de febrero con frío y sin fiestas.