viernes, agosto 31, 2007

Dejar pasar los días

En mi lado del sofá



Te esperaré, no importa quien te bese,
yo te esperaré, no importa que me quieras,
yo te escucharé, si tú me has dado tanto,
yo te esperaré y te daré mi vida entera.

Te esperaré, te esperaré en las sombras,
siempre allí estaré,
no importa que tus ojos no me quieran ver,
no importa quien te abrace,
yo a ti te amaré y te daré mi vida entera.

Porque mi amor está
por encima de tanta traición,
de tanto desprecio, de toda razón,
porque el dolor que llevo dentro
es todo tuyo y mio.

Donde estarán los besos
que aún nos quedan por contar,
lo sabes tú y nadie más.
Y al despertar
me sentaré en mi lado del sofá

para esperarte una vez más.

Te esperaré,
mi pena contenida la conoces bien,
también que si me dejas moriré de pie,
no lloraré tu ausencia,
solo esperaré y te daré mi vida entera.


Porque mi amor está
por encima de tanta traición,
de tanto desprecio, de toda razón,
porque el dolor que llevo dentro
es todo tuyo y mio.

Donde estarán los besos
que aún nos quedan por contar,
lo sabes tú y nadie más.
Y al despertar
me sentaré en mi lado del sofá

para esperarte una vez más.

Donde estarán los besos
que aún nos quedan por contar,
lo sabes tú y nadie más

Yo sin tu amor
soy un montón de cosas menos yo.
Me duele tanto el corazón...




La Oreja de Van Gogh - "Más guapa"

jueves, agosto 16, 2007

Los Rodriguez

Hay determinados grupos o canciones que provocan un flash en la memoria.
Cuando escucho los Rodriguez me vienen recuerdos del 97 (que gran año), bebiendo por primera vez alcohol en Kapital con gente con la que quizá no vuelva a quedar en la vida.
Cuántos habremos tomado nuestra primera copa de 43 con vainilla.
Ese año había entrado a Kapital varias veces y me habían echado otras tantas, que si el pelo corto, que si el calzado. Siempre me gustó mucho aquella discoteca y poco la puerta.
El segundo recuerdo es el del Club de los Lunes, cinco años más tarde, octubre de 2002, tarareando las canciones con la gimnasta en algún bar de Moncloa.

Y es por esos buenos momentos y por el buen rollito que destilan sus canciones que hoy les dedico mi post. Siempre hay una canción de Los Rodriguez para cada momento, actual y pasado, para cada estado de ánimo.

lunes, agosto 06, 2007

Entre montañas de cemento

Entre montañas de cemento espero tus rizos
Como agua de un oasis
Tus abrazos como balsa en un naufragio
Es Benidorm mi tumba y mi cielo
El cofre de mis sentimientos
Y aunque nadie comprende que veo en este montón de torres
Para mí tienen cada una su historia
El primer amor olvidado
El segundo amor tan extraño e incomprensible
Que ni el tiempo logrará poner las cosas en su sitio
Ni contigo ni sin ti
Eres la cuerda que me ahoga, pero si la sueltas caigo al precipicio
Y por eso te recuerdo siempre, tras beber de más
En un 14 entre Sierra helada y Finestrat


En un cielo sin estrellas, escribiendo con la luz de dos velas, disfruto de la tranquilidad de Benidorm, lejos de bares, gente y playas llenas, de ruido y algarabía.
Son las 2 de la mañana de un lunes de agosto y apenas se escucha al camión de la basura y algún ciclomotor.
Tomás se ha quedado dormido… otra vez.
Y yo, que he bebido bastante más que él, aquí estoy, escribiendo lo que pasa por mi cabeza… expresando la sensación de libertad que siento ahora mismo.
Que bonito es levantar la cabeza del portátil y ver el mediterráneo… las luces de Alicante a lo lejos.

El borracho de al lado se mueve en el sofá de la terraza. Le he tapado pero no tiene frío y se quita la toalla…otro ciclomotor… y todo sigue tan tranquilo que lo único que escucho es la música que tengo puesta: hoy me apetece Nena Daconte, algo tranquilito y que me ayuda a pensar.

Se me va la cabeza, no tengo sueño, no me quiero ir a la cama.. me apetece bajarme a ver el mar y quizá sea lo que haga, dejando a este hombre durmiendo… no creo que reaccione antes de dos horas…lo justo para que el frio de la madrugada le sugiera irse a la cama.

Me voy a la playa, a sentarme, a mancharme de arena los pantalones, a mancharme de melancolía el alma y de recuerdos la parte de mi cabeza que almacena los buenos momentos, esos a los que solo les falta alguien para poder compartirlos.

Quiero bajar hasta el mar y hacerlo solo, que nadie interrumpa mi momento… solo son 300 metros. Seguro que lo consigo…

Buenas noches.