Se que los 30 pasarán sin darme cuenta, como los 100.000 kilómetros de mi coche, mientras me preocupo en aprovechar cada día, en tratar de hacerla feliz y de serlo yo. Y se que cuando cumpla 40 escribiré: "Al final no fué para tanto" Al final no cambia nada. Es solo una vela más. Una más.
Si pudiera parar el tiempo para volver a ver todas nuestras fotos, revivir lo vivido. Si tuviera la oportunidad de parar el tiempo, respirar y asumir que ya he pasado 30 años de mi vida. Quizá si eso pasara me entraría melancolía, nostalgia. Me sentiría mal. O bien. Quizá pensaría que en mi vida, pasase lo que pasase, he intentado ser feliz, estar con la gente que me merecía la pena y no perder el contacto. Que a fin de cuentas me ha importado una mierda lo que la gente piense, lo que la gente diga y lo que la sociedad dicte. Solo he querido ser libre y feliz. Quizá pensaría que ultimamente, en los resquicios en los que mi cabeza puede evadirse y recapacitar, aparece su imagen como un deseo: ¿Y si hubiese encontrado por fin a alguien que me comprenda?