Supongo que cualquiera en mi situación habría pensado que siendo tan feliz no necesito meterme en líos amorosos, porque las cosas solo pueden ir a peor. Pero ¿quién puede elegir sobre sus sentimientos?
La primera vez que nos vimos fue en Semana Santa, cuando yo bajaba a las tres canencianas a Pinilla. Ella comenzó a clavarme sus ojos verdes de Lolita, a mirarme con una mezcla de devoción y cariño.
Empezamos a conocernos por el Tuenti, donde me dijo que no tenía nada serio, donde comenzamos a decir cosas que no podíamos poner en el fotolog.
Despues volví de Gran Canaria y las cosas se precipitaron. Por aquel entonces ya nos habíamos dicho demasiadas cosas y que acabásemos juntos era cuestión de tiempo.
Al principio intentamos mantenerlo en secreto, pero fue imposible.
Han pasado 2 meses, practicamente todo el verano.
Por eso en tan poco tiempo hemos conseguido estar tan unidos. Por eso hoy no tengo ninguna duda de lo que siento por ella.
Y soy feliz, más feliz de lo que creía que podría ser. Mi vida es tan completa con Marina que no puedo evitar el gritarlo, aunque solo sea una vez.
A veces tengo miedo, como cantaría Pereza "a veces pienso, que algo malo viene detrás", pero también estoy preparado para eso. Mi vida no ha sido siempre tan fácil. He tenido que ir allanando el camino que recorro, escuchando y aprendiendo de las críticas pero no dejando que me hundan.
Puede que vengan días malos, pero se que ella estará a mi lado para hacerlos llevaderos, con su mirada, su sonrisa, la carita en la que pienso al levantarme.
Vendrán los baches en el camino de la vida, pero hoy solo veo flores y arcoiris.