jueves, diciembre 12, 2013

Serendipia


Yo la miraba con la ternura de otras tantas veces, mientras ella resoplaba y fruncía el ceño con cuidado de no arrugarse mucho la frente.
Estoy mal - me decía.
Y también me decía, una y otra vez como un mantra, que se puso el traje gris de la tristeza por no querer creer ninguna mentira.
Nada en qué creer, ni en religiones, ni en idologías, ni en la especie humana. Ni siquiera en ella misma, a la que se pone el listón tan alto que es imposible no caer en la desesperanza.
Nada en que creer, cómo la canción de Lennon.

Y yo recetando la paciencia que sólo dan los años. Espera, sigue sufriendo, que todo llegará.
Que no sabemos que nos espera y quizá eso sea hasta bueno.
Mientras tanto, sigue creciendo por dentro y no te rindas nunca, pequeña mía.
Que no podré evitar que caigas, pero estaré ahí para ayudar a ponerte en pie de nuevo y seguir adelante.
Como lo has hecho tú, a mi lado mientras caminaba renqueante. Ese soporte invisible que consigue que mantenga mi apariencia de persona fuerte.

Recuerda que la vida de la que reniegas es la misma que nos juntó en una pirueta casual.
Porque conocerte fue mi serendipia favorita.

jueves, junio 20, 2013

Cinco años

Siempre intento simplificar las cosas. 
Incluso cuando se trata del amor, esa ciencia inexplicable en la que dos personas totalmente distintas interactúan con resultado aleatorio.
Es evidente que no soy ningún genio ni ningún sabio, pero si tengo mis propias leyes para hacerme la vida más fácil.
Pienso que las dos únicas cosas imprescindibles en una relación son cariño y respeto. Todo lo demás es complementario o accesorio.
Pienso que la manera de hacer feliz a una mujer es, simplemente, escucharla.
Y también pienso que para hacer feliz a un hombre, lo mejor es hacerle sentirse libre.

Quizá no me haga rico escribiendo complejos libros de autoayuda. Sólo es mi forma de tomarme este instante de gloria que me ha tocado en el escenario de la eternidad.

Cuando te conocí no podía imaginarme que cinco años después estaría escribiendo todo esto.
De hecho ni siquiera se me ocurrió pensar que podía existir alguien, como tú, que pudiese llenar mi vida como tú lo haces.

Tienes esa capacidad de convertir en mi hogar cualquier sitio en el que estés conmigo. 

De llenarlo todo de paz. 
De hacerme ver todo de otra manera, muy de cerca, muy de lejos. No distorsionado, sino desde otra perspectiva.
Yo te enseño todo lo que se, pero tú eres la que me das las lecciones.

Pero, sobre todo, te amo porque tú me das la libertad de no tener que hacer algo que no me apetece y poder hacer lo que me gusta. 

Me dejas mi espacio para que esté agradecido en lugar de incómodo.
Y esa es, para mí, la manera más inteligente de amar, de conservar una relación sin roces ni desgaste. 

Y la más simple, porque uno no quiere irse nunca de un sitio en el que se siente a gusto.

Por eso todo lo que hago por tí lo hago con tantas ganas y cariño. 

Lo hago porque es justo y te lo mereces.
Porque tú también me cuidas, a tu manera. 

Porque tras ese esqueleto en apariencia débil, me has demostrado lo fuerte que eres cuando te he necesitado.
Porque tras esa imagen melancólica y callada se esconde una persona Única. Única de verdad, no geneticamente como todos.
Especial, divertida y entretenida. Profunda y espontánea. 

Te admiro porque eres muy distinta a mí, predecible y calculador. Porque tienes esa parte que me falta.

A lo mejor hoy es uno de esos días en los que toca recordar el pasado con nostalgia. 

Puede que fuese así si no supiera que lo mejor de nuestra vida aún está por llegar.

No te cambiaría por nada del mundo. 

Por favor, no cambies tu esencia por nada del mundo.

miércoles, mayo 29, 2013

Sobre el casco obligatorio para ciclistas

Estos días se debate en el congreso sobre la propuesta de la D.G.T. de que el casco sea obligatorio para los ciclistas también en ciudad.

Yo uso casco en la bici desde los 15 años que empecé a ir a Colmenar los fines de semana, por el año 1995. Ni siquiera era obligatorio en carretera entonces (se hizo obligatorio en 2003). 
No había un excelente carril bici separado como hay ahora y cada salida de la carretera suponía una situación de riesgo. Sobre todo la del km 21 en Tres Cantos, donde vi incluso un accidente con un coche.

Me he acostumbrado a llevar el casco. Me siento más seguro llevándolo y no me molesta.

Pero sobre la nueva Ley me siento dividido. 
Creo que el casco en la bici es imprescindible. Da igual la velocidad a la que vayas, porque casi siempre la velocidad importante es la del vehículo que te atropella.
También pienso que, si algún día tuviese la desgracia de atropellar un ciclista conduciendo mi coche, el accidente sería mucho menor si lleva casco.

Por otro lado, no me gustan las Leyes que obligan y prohiben algo que sólo le incumbe a uno mismo, como es la seguridad. También entiendo los problemas logísticos que supone para los servicios de alquiler urbano de bicicletas (no lo de la higiene, que se soluciona con unos gorros higiénicos desechables, a 6 céntimos cada uno)

El verdadero problema de los ciclistas es que todo el mundo puede serlo. Sin licencia ni control. Desconociendo e incumpliendo las normas.
Si. Yo también me he saltado un semáforo yendo en bici. Pero tienes mucho más cuidado cuando no tienes carrocería que te proteja. Es peligroso, pero se ven cosas mucho peores, como cuatro payasos que bajan charlando el puerto de Canencia por toda la calzada en plan Verano Azul.

La carretera y el mar hay que respetarlos(que no temerlos) siempre.