Hoy hace un año que te besé por primera vez en esa acera tan estrecha de tu barrio, en una burbuja ajena a la lluvia que caía, a la gente que pasaba. Eran las 8 de la tarde de un día cualquiera de aquel verano cálido, más cálido que los demás.
Nos habíamos conocido hablando por el messenger, tras cruzar alguna palabra en Pinilla, cuando me acercaba borracho a vosotras y os contaba historias que lograban arrancarte alguna sonrisa.
Ahora que consigo que sonrías con una palabra o con una caricia ya no bebo como antes, ahora que te tengo junto a mí no necesito nada para estar contento.
Desde aquella tarde me convertí en tu sombra y tú en la mía. Y aunque tuvimos que separarnos 3 semanas nada ha vuelto a separarnos desde entonces. Nos juntamos mucho, nos quisimos tanto que acabamos enamorándonos. Llenaste de colores mi mundo negro, de alegrías cada momento y de sonrisas mi mirada.
Solo tú has logrado que me sienta la persona más querida del mundo, sólo tú me has hecho cambiar mis defectos, querer mejorar cada día para hacerte feliz.
Hemos discutido por cosas que te parecían importantes y que he acabado respetando y hemos viajado por tierra, mar y aire, llevando nuestro amor por bandera, uniéndonos más en cada adversidad, demostrándonos el cariño minuto tras minuto, caminando, escondiéndonos, durmiendo, cuidando el uno del otro, animándonos cuando las cosas no salían como debían, siempre hemos tenido un apoyo y hemos estado juntos, tan juntos que ya me cuesta hablar de mí sin mencionarte e imaginar esta vida sin tus besos.
Gracias por dejarme encontrarte.
P.D: Y gracias por ese regalazo de aniversario, masaje + circuito termal, que me dejó como nuevo.
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