Estoy de vuelta. Y es porque tú me invocaste otra vez, con tus hechizos de hada del bosque.
La gente se inspira y escribe cuando está en la mierda.
Yo solo tengo que sentarme a ver a los gansos volar y pensar en tí. En nosotros. En la vida que me has regalado.
Vine a mojarme los pies para esto. Y lo he encontrado. Sin prisas, sin ruido.
Me escucho a mi mismo y envidio mi vida perfecta, sin fisuras.
¿Y si estuviera viviendo los mejores días de mi vida?
Vértigo de sentirte en la cima. No tengo miedo a bajar, tengo miedo a caer de repente.
El equilibrio efímero de la balanza romana
Hoy el mar está en calma. Hoy me miras y el viento empuja las velas a nuestro destino, cualquiera que este sea.
Hoy todo está bien, lo siento en mi piel.
Miro mi cicatriz. Me caí y nunca me dolió.
¿Ya no me duele nada?
Si me duele. Me duele verte triste. Cuando llegas a casa y te metes en la cama.
Cuando dices que la vida es una mierda. Yo en la cima del Teide y tu en la fosa de las Marianas.
Me duele que no puedas ver la vida a través de mis ojos.
Porque la vida es la misma, lo que cambia es la forma en la que la miramos.
He vuelto. Y voy a mirar a los gansos hasta que vomite glaciares.
1 comentario:
Juntos hemos visto glaciares, de los de verdad y de los otros. Espero que aún nos queden muchos más sitios por explorar, pero la fosa de las Marianas no será, probablemente, uno de ellos.
Publicar un comentario