jueves, diciembre 09, 2004

Regreso al paraíso

Mayo de 2001:
Sitar, Eddie, Paco, Tomás y yo vamos al apartamento que el pesetas tiene en Oliva, un pueblo valenciano cercano a Gandía. Decidimos que uno de los días bajaríamos a Benidorm, que para mí, solo era la playa atestada por excelencia.
Y por fin llegó aquella tarde, salimos del peaje de la A-7 y avanzamos por una avenida perpendicular al mar, entre torres, escuchando "Played a live" de Safri Duo (la famosa canción de los tambores), con las ventanillas bajadas, disfrutando del aire cálido, boquiabiertos ante tanta guiri en bikini.
Sonrisa de oreja a oreja en el paseo marítimo minutos despues, comiendo en el Burger King a las cinco de la tarde. Por delante de nosotros desfilaban chicas con poca ropa, como adelantándose al verano en aquel oasis. Quizá fuera por estar los cinco juntos, porque en mayo se despiertan las hormonas, por la sensación de libertad que sólo se tiene a los 21 años o porque bajo las torres de apartamentos todo parecía especial, pero allí nos quedamos embobados cerca de dos horas.
Cuántas cosas han pasado en mi vida desde entonces con Benidorm como escenario...


Diciembre de 2004:
Creíamos que no iban a dejar a Lau, que las negociaciones iban a ser más difíciles, pero no fue así.
El sábado por la mañana llegamos de nuevo al corazón de la Costa Blanca, para pasar cinco días juntos, puede que los cinco días más cortos que haya vivido. ¿Que qué hemos hecho? Pues comer fritanga, ver la tele, jugar a las cartas, dormir, pasear por Benidorm y volver a hacer adecuado mi apodo de tronchasomieres (que poco aguante tienen las láminas de madera)

Benidorm se ha convertido en un paraíso para mí, un sitio cargado de recuerdos y experiencias inolvidables que van creciendo con cada visita. Benidorm es mucho más que playa y discotecas, es un cacharro de Absolut con Red Bull, la piscina de un camping, el mini-golf, aquella mujer que se alejó y aquella que se acerca, patinar por el Paseo Marítimo, cenar en el Recorte ...

Tranquiliza saber que mientras todo cambia, hay algo que permanece tan vivo como inalterable a orillas del mediterráneo.

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