jueves, septiembre 01, 2011

Redes antisociales


Quien me conoce sabe que soy un apasionado de la tecnología en general y de internet en particular. Me gusta estar conectado en cualquier sitio. Tengo messenger, fotolog, facebook, tuenti, twitter, linkedin y acabo de llegar a google+.
Podría asegurar que he pasado la mayor parte de mi vida delante de un ordenador, casi tanto tiempo como durmiendo. A pesar de ello no soy el típico freak aislado de la realidad. Cuando alguién me llama para salir, salgo. El PC siempre espera.
Y aunque esté con el móvil en la mano, leyendo el correo a cada hora, soy capaz de dejarme el móvil en casa y tirarme 10 horas en la playa o 6 horas con la bici. Me encanta estar conectado, pero no soy un adicto.

Creo que las redes sociales han conseguido acercarnos a gente de la que no sabríamos nada, contactos perdidos o gente con la que no coincidimos durante el año. Pero que sepamos algo de ellos no significa que vayamos a quedar algún día. No olvidemos que Facebook lo inventó un chaval antisocial para chismorrear.

En la cultura mediterránea hemos vivido siempre en la calle. Necesitamos relacionarnos de otra manera, charlar tomando algo en una terraza, no en una fría habitación. Necesitamos el cara a cara, el contacto físico, la comunicación no verbal para captar las ironías.
Cuando MSN Messenger comenzó a popularizarse, todos pasábamos las noches de los días de diario con eternas conversaciones con amigos o gente de cualquier parte de España o del mundo. Muchas parejas se enamoraron de aquella manera, tan legítima como conocerse en un bar o en clase.
Esto fue porque incluso messenger ofrecía intimidad, algo que parecen haber perdido las redes sociales, en las que casi todo pueden verlo casi todos.
Lo que no ha cambiado es la tendencia al volumen, tener 500 contactos y solo hablar con 10 es algo muy común.
Realmente... ¿cuántos amigos tenemos? ¿Con cuántos de esos contactos podemos hablar de cualquier cosa?¿A cuántos podemos decir lo que nos gusta o no de ellos sin que dejen de hablarnos? ¿Con cuántos realmente podemos ser nosotros mismos?
Con pocos. Y alguno ni siquiera está en las redes sociales. O se la hizo porque nos pusimos pesados pero no se mete.
Porque cuando quieres quedar con esa gente les llamas. Y ellos a tí.
No pierdes el tiempo con comentarios de "A ver cuándo nos vemos" o "Tenemos que quedar"

Las redes sociales nos han convertido en antisociales.
Debemos verlas como una herramienta, no como un sustituto. Una forma más de contactar, pero no la única.

Aún hace buen tiempo. Salgamos a la calle. A dar un paseo. A sentarse en un banco. A arreglar el mundo. A echarnos unas risas recordando el pasado.
Y después lo contamos en Facebook.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Yo también pensaba que era un poco marginal por no encontrarle sentido a este nuevo boom de las redes sociales. Prefiero el contacto físico y un cerveza compartida, a un teclado acompañado de una cerveza solitaria.

sisi dijo...

Buen Post... es muy cierto las tecnologías son buenas pero para un rato, estas forman parte de nuestra vida pero no son nuestra vida...