miércoles, marzo 23, 2005

Porno, fuego y cabaret (2)

El sábado madrugamos para no pillar mucho atasco camino de las Fallas. Nos esperaba un viaje relámpago a Valencia, donde fuimos Lau, su hermano, su padre, Tomás y yo.
Se que yo no debería quejarme precisamente de ir rápido en el coche, pero es que lo mío es pisar huevos en comparación con las velocidades que maneja el Sr. Adolfo, padre de Lau. A pesar de que ella le decía que fuese más despacio rara vez bajamos de los 180km/h. Cuando pongan el carnet por puntos le van a dar el record.

El caso es que llegamos sanos y salvos a la capital del Turia, que sigue llamándose así a pesar de que el río ya no pasa por la ciudad. Estuvimos desayunando unos churritos, viendo algunas fallas y paseando por la ciudad. El sol se agradecía enormemente, haciendo la temperatura agradable.
Tras pasar por el barrio del Carmen, suburbio céntrico que podría ser el equivalente a Lavapies en Madrid, tomamos algo y nos apostamos en la plaza del Ayuntamiento, donde esperamos más de una hora para escuchar en una posición privilegiada la última mascletá de las fiestas de éste año. De nuevo magistral. Kilos y kilos de pólvora que provocaron un atronador estruendo, algo único que todo el mundo debería escuchar alguna vez en su vida.

Nos fuimos a comer a un sitio en el que se podían contar las patatas en las raciones. Por lo menos la paella no estaba mala, pero es un sitio que no recomiendo a nadie. Dimos un paseo por la playa, desechando la idea de dormir la siesta porque la brisa marina y el sol que se escondía entre alguna nube hacían que la temperatura no invitase a tumbarse precisamente.
Mientras tanto hablamos de mil temas, anécdotas, casi todas triviales. El padre de Lau y Victor disfrutó estando con ellos un día más, Tomás disfrutó viendo chicas y comentando la jugada, Victor disfrutó metiéndose con Lau y ella y yo disfrutamos teniéndonos el uno al otro, a pesar de que sus ovarios eligieron, como siempre, el mejor día para molestar.

La cabalgata del Fuego era, según nos dijeron, un evento que se inauguraba éste año. Como no teníamos nada más interesante que hacer, fuimos al Paseo Colón a contemplar como pasaban chicas vestidas de fallera, dragones, extrañas carrozas y diablos con tridentes con bengalas que escupían fuego. Fue un espectáculo bastante entretenido.
Pero más entretenido aún fue cuando llegó la hora de comprar petardos e irnos a los jardines del Turia a tirarlos. Yo me entretuve en fundir las bombillas subacuáticas de unas pequeñas fuentes, en una extraña competición en la que vencí a Tomás y Victor por 10-2-2.
Dos buenas para terminar: Hubo una bombilla que se me estuvo resistiendo y al final la exploté con el último petardo. Atamos una bolsa a un cohete y éste salió disparado hacia Victor, flotando en el aire junto a él. Afortunadamente no le pasó nada.

Ir a las Fallas, y por extensión a cualquier sitio atestado de gente es una continua carrera por coger sitio. Esta vez nos tocaba coger sitio para cenar. Despues de esperar cerca de una hora en un Pizza Jardín por fin lo conseguimos. Todo estaba igual de lleno, así que insistí un poco para cenar allí. Al fin y al cabo (y como dice mi madre en su inapelable versión del refrán) Más vale lo bueno conocido que lo malo por conocer.

Pese a haber estado dos años en las Fallas, nunca había pasado allí el 19 de marzo, así que me faltaba ver una cremá. No tuvimos que andar mucho para encontrar una falla, ya que casi todos los barrios tienen una. A las 12 de la noche, tras una traca que fue prendiendo toda la figura, comenzó el fuego. Yo estaba pelado de frío, así que me fuí acercando mientras la gente reculaba por el calor. ¡¡Que agustito se estaba ahí!!
Bueno, fue bonito mientras duró, apenas 10 minutos. Despues de eso el sueño y el cansancio hacían mella en nosotros y decidimos volver a casa en el expreso de la una. A las 3.30 estabamos en Madrid, con paradita para tomar un café incluida. Fue curioso, en la gasolinera donde paramos sólo tenían descafeinado ... sin comentarios...

En resumen, fueron casi 24 horas fatigosas pero entretenidas, como éste post.

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