miércoles, marzo 02, 2005

Yansen's Week

Cuenta la historia que un hombre marchó una tarde a un cliente para hacer un trabajo sencillo. Ese hombre nunca volvió.

YANSEN'S WEEK

Fonsi era un hombre tranquilo. No entramos en si esa tranquilidad venía motivada por su intensa actividad sexual o por la ingesta masiva de todo tipo de medicamentos. Nuestro protagonista trabajaba de informático en una empresa de servicios locales. Pasaba la mayor parte de su tiempo en espera de proyecto, mientras se dedicaba a su verdadera pasión, la creación de páginas web.

Una mañana fue requerido por su superior para concluir una tarea que aparentemente le llevaría unas horas. Las cosas comenzaron a torcerse cuando Fonsi comprobó que detrás de aquel pequeño trabajo se escondía toda una trama de corrupción, falsedad y asesinatos que sólo una mente brillante como la suya podía ser capaz de desenmascarar. No entramos en si esa mente brillante procedía de su herencia genética o de la ingesta masiva de todo tipo de medicamentos.

Nuestro héroe se puso manos a la obra, con gran rapidez, intentando desentrañar hasta la última casuística que podía haber provocado tan grave altercado en la compañía. Recordó sus tiempos en TSM, cuando apenas era un mocoso imberbe sin conocimientos de la Meta4 y tuvo que enfrentarse al lado oscuro de la programación de aplicaciones para vencer al clan de los Guays y su temible "Gestionar Casuística", un monstruo de más de mil líneas de código plagadas de trampas y bucles. Aquel hecho le consagró tanto entre sus compañeros más cercanos como la entrevista en el BSCH, temible bomba que desactivó con una locuacidad inhumana. No entramos en si esa locuacidad procedía de la curiosa mezcla entre su mirada de psicópata y su verborrea o de la ingesta masiva de todo tipo de medicamentos.

Fonsi sufrió los rigores del invierno en su internamiento en Yansen. Había estado allí más veces y en ninguna de ellas había observado nada extraño. Parecía una empresa idílica, con trabajadores educados que cumplían sus objetivos con precisión milimétrica, sin mostrar ningún gesto de hastío u obstinación y siendo claramente sumisos a sus jefes. No entramos en si ésta sumisión procedía de la personalidad de los empleados o de la ingesta masiva de todo tipo de medicamentos.

A los pocos días Fonsi tuvo que aceptar que pasaría en ese cliente una larga temporada y que sus proyectos en la oficina tendrían que pasar a un segundo plano. La condena a comer filete con... parecía indefinida, pero nada iba conseguir desestabilizarle ésta vez. Pasaría la prueba.
Lo que me aburro a veces...

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