Uno de ellos caza sin piedad, es un auténtico carnicero de ovejas. Al otro se le ha visto merodeando por los rediles antes de abalanzarse sobre sus víctimas.
El principal peligro radica en que, aunque llegan juntos, cazan por separado.
Incluso alguna vez recorren las frías noches como lobos solitarios.
Las autoridades advierten a los pastores de que vigilen a sus ovejas la noche del viernes.
Sobre todo si ha observado usted ultimamente que a sus ovejas les va la marcha.
HQF
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