Ahora tiro migas de pan para ver si alguna despistada sigue el rastro y cae en la trampa.
Si encuentras mis migas en tu camino puedes venir a buscarme allá donde te lleven.
Quizá te parezca la boca del lobo. Entonces ya será tarde.
¿Te gusta el riesgo?
Estas migas no son precisamente para volver a casa.
Allí siempre acabo volviendo, como a Benidorm.
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