miércoles, mayo 30, 2007

No paro en casa

Si sales cuando te da la gana, los fines de semana los eliges tú.

Cuando Kutxi y los
Marea anunciaban que se habían cansado de tocar yo llevaba apenas unos meses escuchándoles gracias a Ele, Miri y la prima Vane. Me dio pena pensar que nunca podría ir a un concierto suyo, por eso en cuanto sacaron su nuevo disco y anunciaron la gira me compré 2 entradas... ya engañaré a alguien. Y precisamente engañé a Ele, cambiándole su entrada por un botellón de Absolut con limón antes del concierto.
Todo pasó muy rápido, pero recuerdo que me lo pasé genial o, siendo un concierto de rock, de puta madre.
Se que Ele consiguió un mini de whisky con cocacola a precio de copa, que se fue al baño y no la volví a ver hasta el final del concierto... que mientras el señor Romero cantaba "Como los trileros" se me arrimó una morena y nos liamos.
Por cierto, un saludo para aquella desconocida, tres canciones despues no volvimos a vernos... se la llevó la Marea.

Este año he estado más en la verbena de San Isidro que en los 26 anteriores, me quedé con las ganas de hacerme con un megáfono de las tómbolas, pero si me comí un bocata de panceta de suela de zapato y un mini de patatas con nuggets, y me tiré en la pradera como se viene haciendo desde los tiempos de Goya. Las atracciones itinerantes me siguen dando tanto miedo como las agujas. Me parecen tan inseguras...

Las fiestas de Aluche molan. En el concierto de
Dover, la Rose y yo tarareabamos la versión en español de Serenade (Serenade Me -> Un seven pa mí) y del Devil came to me (I lied for you -> Mahou for you). Y antes, un ligue relámpago o como conseguir el teléfono de una chica en 3 minutos. Es fácil si su amiga está loca.
Quien me conozca sabe que he llegado a ser un especialista en amigas de...
Estuvimos en el bar que tiene botellas de Absolut en las vitrinas pero perdió todos los puntos por no dejar entrar a Moni, la amiga de Rose. Supuestamente porque iba manchada de barro... a mí no me debieron mirar bien.

Y por fin este viernes, uno de los findes grandes del año: Las
fiestas de Pinilla, hay que ir preparando a partes iguales petacas y resacas, acostumbrando al cuerpo a dormir poco y mal y a depender de las gafas de sol y de los tapones para los oidos. Y entre petaca y resaca, a dar botes con la orquesta que toque.

Sigo sin parar en casa, pero las multas me esperan allí.

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