viernes, febrero 11, 2005

¿Y de qué hablo yo hoy?

Tengo el weblog muy abandonado. Lo reconozco. Quizá no haya pasado nada relevante en mi vida, lo que considero una bendición, porque practicamente todo lo que me rodea va bien. Vamos, que si estuviera en un concurso de la tele "me plantaba" ahora mismo.
Con Laura las cosas podrían ir mejor... podrían ir mejor si estuviéramos viviendo juntos porque por todo lo demás es maravilloso. Celebramos cada día nuestro día de los enamorados, así que el 14 de febrero pasa por ser un día más. Además, las cosas han cambiado desde mi post de primeros de enero, Lau ya no se marchará 3 años, incluso puede que sólo sea un cuatrimestre y a Londres. Creo que es la mejor noticia que me han podido dar ultimamente, como encontrar un camino estando perdido en el bosque.
En el curro ya terminé el proyecto en el Campo de las Naciones, dos días antes de que a los de ETA se les ocurriese poner una bomba allí, muy cerquita de dónde estuvo trabajando Eddie.
Con el equipo de Pinilla las cosas no van mal. Perdimos un partido, lo que nos complica mucho alcanzar la primera plaza, pero seguiremos luchando por ganar en cada partido, sobre todo a los primeros, que nos llevan un punto con un partido menos.
El Atleti volvió a darme una alegría ganando al Barça. La verdad es que yo sabía que si ganábamos fuera de casa sólo podía ser en el Camp Nou. Además, parece que Torres va resucitando de su sequía de goles. Menos mal, porque hoy por hoy el Atleti depende de Torres.
Y, dos meses despues, volvió a llover. Sólo ha sido un oasis en éste desértico invierno, pero ha servido para llenar la sierra de nieve. En Navacerrada tienen 70cm de espesor mínimo y en La Pinilla 50cm. Me está apeteciendo irme a esquiar... quizá la semana que viene me pase el domingo por La Pinilla, a ver cuánta nieve queda.
Tambien estuve en Barco de Ávila, pero la prima Vane lo explica mejor que yo, así que quien quiera enterarse lo que pasó que lea su weblog, que además recomiendo desde aquí.
Al final resulta que siempre hay algo de que hablar, por muy monótono que parezca un mes de febrero con frío y sin fiestas.

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