sábado, enero 20, 2007

El precio de querer ser libre

Yo te regalé
mil bailes,
veinte horas de sueño,
la poesía que me inspirabas,
una tarde de película,
mis piropos y mi gripe.

Todo a cambio de tu sonrisa y de tus pequeños besos
pero nunca a cambio de mi futuro.
No digo que tú no lo valieras
sino que yo no podía pagarlo.

No fui un caballero porque no te lo dije antes
no lo hice porque me quedé perdido en tu belleza.

Júzgame y condéname a no volver a saber de tí
que los caballeros andantes sabemos pagar nuestros errores
y marcharnos cabizbajos hasta perdernos en el horizonte.

No hay comentarios: