martes, marzo 06, 2007

Sal en las manos

Necesito manantiales lejanos de fresco verdor
sentir la paz por fuera
abrazarme por dentro
y pensar que soy libre
que no salí de una prisión para caer en otra.
Que en los momentos malos tenía en quien apoyarme
y ahora solo lo tengo en los pocos momentos buenos

Necesito cuanto antes observarte con estelas
escapar de mi hogar a caballo
salir hacia levante cuando el sol se ponga
se que alli está Nunca Jamás
y que quizá volvamos a vernos los cuatro:
el sol que bañará la tierra,
la luna que ilumina las tenues noches,
el mar que sopla mi cara con su brisa
y mi alma encerrada que destila lamentos.

Saldré al galope, entre zarzas y bosques
y, si puedo, volveremos a vernos
tú, con tu melancolía y tus sueños rotos
yo, con un saco de espejos en los que no quiero volver a verme
tú, con el recuerdo de esos ojos verdes
yo, con un puñado de besos de los que guardo en el bolsillo
para tus mejillas
tú, pidiendo un abrazo
y yo, con arena en los pies de caminarte
con arena en el pelo de pensarte
y con la sal en las manos por volver a tocarte.
Alfonso M.

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