jueves, agosto 30, 2012

Camino de Santiago: Etapa 1

Primera etapa: Madrid - Segovia

Llegó el día. Comienzo el Camino desde la puerta de mi casa. He quedado con Julio y Emilio en el anillo ciclista, desde donde tomamos el carril bici de la carretera de Colmenar.
Los primeros kilómetros parecen más una salida de mañana de sábado que un gran viaje.
Julio, que seguramente había desayunado poco, tiene su primera pájara en la subida a Colmenar. Paramos en un tunel por debajo de la carretera a recuperar fuerzas. Próxima parada: Navacerrada.


Abandonamos el carril bici para avanzar por el ancho arcén de la M-607
Paramos en una gasolinera a coger agua y, tras atravesar Cerceda, comienza la subida hacia el pueblo que da nombre al puerto más emblemático de Madrid.
En la plaza de Navacerrada compramos, pan y lomo para el bocata que nos vamos a comer arriba. Cogemos fuerzas con alguna barrita y un plátano. Comienza la subida.
Un cartel anuncia el Camino de Santiago. Hacia allá nos dirigimos.

Con sudor, paciencia y algo de miedo por el inexistente arcén vamos acercándonos a los 1858m del puerto que separa Madrid y Segovia.
Yo llego sobre la una. Emilio media hora después y Julio, que ha pagado el rápido ritmo en el carril bici de Colmenar, sobre las dos. Ahora si, nos comemos el bocata y preparamos la bajada hacia Segovia.



Las 7 revueltas ponen a prueba los frenos y la distribución del peso de las alforjas. Poco a poco cogemos confianza. A la altura de La Granja, Julio rompe un radio y la maldición del año anterior se cierne sobre nosotros. Finalmente llegaría a Santiago con un radio menos y sin más complicaciones.
Seguimos bajando. Nuestro primer fin de etapa se encuentra a 1000m de altitud, así que la llegada es cómoda.
Poco antes de las cuatro llegamos al acueducto y ponemos nuestro primer sello en la oficina de turismo.

Después aparece Jorge, nuestro anfitrión. Partimos hacia Palazuelos a dejar la bici y darnos una ducha, después llegarían Cris (con Sergio y Ernesto), Navas, Laura la Granjera(con Oscar) y nos deleitarían con una increíble barbacoa en la que ni Emilio(con un ataque de alergia) se quedó con hambre. Nadie ponía en duda la hospitalidad de los segovianos, pero superaron con creces nuestras expectativas. Muchas gracias, a Jorge y a todos, por ese recibimiento. Sois muy grandes. Lo que más siento es que no nos hiciésemos ni una foto.

Con fuerzas renovadas descansamos para afrontar la segunda etapa.

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