lunes, octubre 04, 2004

Duerme conmigo

Un fin de semana tranquilo y soleado. Quizá estemos viviendo los últimos días de un verano atípico, que ha pasado tan rápido que ni siquiera las nubes se han dado cuenta de la llegada del otoño. Laura y yo nos quedamos dormidos, abrazados, con su cabeza en mi hombro. Y sentía tanta tranquilidad que no me habría movido aunque terremotos y volcanes asolaran la Tierra en torno nuestro. Nada podía desvelar nuestro sueño, nada excepto el tiempo.

Quizá el cansancio de haber bajado a Madrid sólo para jugar nuestro segundo partido de pretemporada. Ganamos al equipo del barrio de Jaime y se empezaron a ver detalles que hacen pensar que quizá no seamos tan malos.
El Gran Premio de España de camiones prometía atasco para regresar a Pinilla. Pensé dar un rodeo por Torrelaguna para evitar la zona, pero fue peor el remedio que la enfermedad.
Aun así llegué a la barbacoa-cumpleaños de Bea, que empezó a las tres de la tarde y acabó pasadas las siete, cuando el viento frío nos enseñaba el calendario y mandándonos a por un jersey, como si fuera la madre que viste al niño con seis capas porque ella tiene frío...
Quizá fue el madrugón, o lo a gusto que estoy a su lado, pero me dormí como un niño viendo Días de Fútbol, mientras que los pinillenses que seguían despiertos se divertían en las fiestas de Garganta, el pueblo del otrora mítico Chemote, uno de mis asiduos del fotolog.

Escribió el señor Kutxi Romero, alma de Marea
"...duerme conmigo,
yo te canto, te arrullo,te arropo, te abrigo, te mimo..."

En algún momento me dormí a su lado y aún hoy sigo soñando.

No hay comentarios: